La globalización
Que hoy en día vivimos en un entorno completamente globalizado no es ninguna novedad, ya no existen fronteras para la comunicación ni para el intercambio de bienes y servicios. Es por ello, que esta misma realidad se está reflejando cada vez más en el mundo empresarial, donde ya no existen nacionalidades y los equipos están formados por personas de distintas partes del mundo, con sus costumbres y personalidades diferentes, creando equipos multiculturales, lo cual es una gran ventaja competitiva para las empresas ya que permite formar sinergias con muchas vertientes y puntos de vista distintos. Sin embargo, esto también se ha convertido en una problemática para las personas encargadas de dirigir equipos o incluso formar parte de ellos, ya que deben lograr que se entiendan y trabajen con éxito, miembros con diferentes culturas, idiomas, etc.
El reto de las organizaciones multiculturales
Algunos de los principales retos que surgen están relacionados con falta de confianza en personas de otras culturas y en su forma de trabajar, barreras lingüísticas que hacen que podamos mal interpretar situaciones, distancia física agravada por la pandemia y malentendidos culturales donde los gestos y los comportamientos no se interpretan igual alrededor del mundo.
Por todo ello, es fundamental que las personas que trabajan y forman parte de entornos multiculturales se formen y desarrollen capacidad de empatía para poder trabajar de forma alineada con personas de otras partes del mundo y aprovechar el máximo potencial. Es aquí donde nace lo que conocemos como inteligencia cultural que se basa en fortalecer la capacidad de aprender, entender y sacar rendimiento a los entornos culturales diversos; esto implica ser capaces de reconocer las diferencias de carácter físico como pueden ser el contacto visual o las expresiones, pero también otros aspectos no tan visibles como pueden ser el rol de los géneros en la sociedad, la importancia del balance entre el trabajo y la vida personal, etc. Y para conseguir esto, no es suficiente con observar a las demás personas, sino que es fundamental sumergirse y tratar de aprender el trasfondo sobre las otras culturas.
El aspecto principal que se debe tener en cuenta para desarrollar lo que llamamos como inteligencia cultural es la confianza. Una vez hayamos conseguido establecer una relación basada en la confianza y en las aptitudes de la otra persona es cuando debemos empezar a establecer los objetivos comunes referidos a la parte profesional y para ello es necesario que exista un canal de comunicación bilateral en todo momento basado en la sinceridad que nos permita saber cuando un elemento cultural nos puede estar desviando de los objetivos comunes.
Una vez estos aspectos quedan preestablecidos, no debemos olvidar que todo ello forma parte de un proceso de negociación para que podamos ser más competitivos de cara al mercado y a la vez con los propios clientes internos. Los pasos a seguir para que este proceso sea exitoso son los siguientes:
- Definir el objetivo principal de la negociación, así como el resultado que vamos a valorar como exitoso.
- Buscar a las personas correctas para formar el equipo y que se complemente de la mejor manera. Además, también se deben establecer los roles y el poder final en la toma de decisiones
- Considerar las expectativas del otro equipo, para conocer cual es su punto de vista sobre el negocio, su forma de afrontarlo y cuales son los objetivos comunes que se pueden satisfacer.
- Trabajar en la confianza, es uno de los pasos más importantes como ya he comentado previamente y es aquí dónde se deben encontrar las similitudes y enfocar los detalles correctamente.
- Definir y personalizar el enfoque que queremos tomar según los datos obtenidos en los escalones anteriores.
- Finalmente, debemos mantener un enfoque flexible que nos permita pivotar y cambiar ciertos puntos de la negociación ya que seguramente la otra parte o la nuestra estará insatisfecha en algún momento.
No debemos olvidar nunca que el aspecto fundamental para que todo ello se pueda llevar a cabo de forma satisfactoria es eliminar las barreras lingüísticas, ya sea mediante conocimiento o herramientas tecnológicas.